No tengo muy claro si está cambiando la industria automotriz o si están cambiando los gustos de los consumidores. Tampoco si es lo primero o lo segundo (o una mezcla de ambas) lo que está haciendo que en Mieres el sector del motor haya pegado un bajón importante.
Un matiz. Cuando hablo de sector del motor lo hago pensando tanto en coches nuevos como usados. No soy muy automovilística que digamos, pero en casa se nos ha estropeado nuestro antiguo bólido y ha tocado buscarse la vida, ya que la reparación es considerable y el coche en cuestión suma veintitantos años. Aún no hay nada decidido, pero sí que hemos visitado algunos concesionarios, los pocos que quedan en Mieres, para conocer entre qué precios se mueven los coches nuevos. En el recorrido, me ha llamado la atención que nos hemos quedado sin Seat. No queda nada tampoco de Fiat, por seguir en el polígono de Vega de Arriba. Igualmente, ha desaparecido la concesión de Nissan, que antes también estaba en el mismo polígono. Resisten otras marcas. Lo que era Peugeot lo hace vendiendo coches de ocasión de marcas chinas, esas que han irrumpido con fuerza en el mercado español. Si nos vamos al otro lado del río, a Gonzalín, Citroën ya no tiene presencia. Su antiguo concesionario es un batiburrillo de marcas y modelos de segunda mano o kilómetro cero. Cruzando de nuevo el Caudal, en Fábrica de Mieres no queda ni rastro de Opel. En la calle Villaviciosa también ha desaparecido el mitiquísimo concesionario de Suzuki. Así a lo tonto, siete marcas. Alguna más si contamos que Seat se ha llevado consigo a Supra; que Citroën ha hecho lo propio con DS, y que Fiat también vendía en Mieres coches nuevos de Alfa Romeo, las dos italianas por excelencia. Redondeemos a diez.
En el campo de la ocasión, es curioso que han cerrado negocios con solera y otros que llegaron hace apenas unos años y que parecía que habían venido para quedarse. Han desaparecido prácticamente la totalidad de los compraventas que llenaron de coches unas cuantas parcelas de Gonzalín, Vega de Arriba y Fábrica de Mieres hace no muchos años y ahora son concesionarios y talleres los que manejan el cotarro, empresarialmente hablando.
¿Responde esto a la tónica general de Mieres? ¿A la del mercado? Es cierto que muchas marcas se engloban en grandes emporios, véase Stellantis o el grupo Volkswagen, que apuestan por concesionarios con presencia de todas las marcas, como los que Stellantis tiene en Porceyo. Aun así, en la otra cuenca se mantienen los concesionarios de toda la vida en El Sutu, a los que hemos ido para ver Citroën y Peugeot nuevos. ¿Qué está ocurriendo para que hayan desaparecido en los últimos tiempos tantos concesionarios y tantos compraventas? Ojalá alguien nos dé las respuestas.
Álvarez
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