El Mieres de finales del siglo XIX y principios del XX encierra diversas estirpes de reconocido prestigio, como fue el caso de los Aza. Cerramos temporada con uno de ellos, Vital Aza Díaz.
Vital Aza Díaz vino al mundo en Mieres el 16 de junio de 1890. Hijo del célebre médico y escritor Vital Aza Álvarez Buylla y de su esposa, Maximina Díaz Sampil, Vital fue un niño que no tardó en seguir los pasos de su padre en el mundo de la ciencia. Tras estudiar el bachillerato en el Colegio de San Isidoro de Madrid, se matriculó en Medicina en la Facultad de San Carlos, también en la capital. Allí se licenció con honores en 1914 y allí obtuvo el doctorado con premio extraordinario al año siguiente. El ya doctor se perfilaba como una eminencia en el ámbito de la obstetricia, y así fue.
Por aquellas fechas contrajo matrimonio con Alicia Armiñán y Beltrán, madre de su primera hija Alicia, nacida en 1916. Dos años después su esposa fallecía en la epidemia de gripe de 1918. Profundamente conmocionado por lo acontecido, en 1919 fundó el sanatorio Santa Alicia, una clínica privada a la que dio el nombre de su difunta esposa, y desde la que dirigió sus principales trabajos de investigación en el ámbito de la ginecología. Por aquel entonces, en 1920, nacía su segundo hijo, Vital Aza Jiménez, fruto de su matrimonio con Fernanda Jiménez Athy. En 1934 era designado académico de la Real Academia Nacional de Medicina, todo un logro que lo encumbró como eminencia en su ámbito.
En diciembre de 1942, Vital fue encarcelado. Firme antiabortista y contrario a las ideas republicanas, no pudo escapar del Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo, que lo condenó a doce años y un día de prisión y le incautó su clínica. En 1945 el Consejo de Ministros conmutó su pena por la de inhabilitación de empleo público. En 1947 abrió una nueva clínica, también con el nombre de Santa Alicia, en la que acabó jubilándose en 1955. Falleció en Madrid el 12 de octubre de 1961.
Vital Aza Díaz pasaba largas temporadas en Mieres, como el verano y las vacaciones. En el concejo era conocida su cercanía y la colaboración desinteresada que prestaba en dispensarios y sanatorios. Por todo ello, en 1932 el Ayuntamiento trató de rendirle un homenaje, mas él, en una carta cordial, dejó claro que "no acepto ni aceptaré nunca homenajes". Sus estancias en la casa familiar de Oñón le permitieron entablar trato con otro Vital, primo de su padre, el famoso doctor y alcalde del concejo Vital Álvarez-Buylla Rodríguez.
En 2016 Vital Aza Jiménez, el hijo de nuestro protagonista, donó a la Red de Bibliotecas Públicas de Mieres buena parte de los documentos y libros de su padre. Gracias a la donación se descubrió que, si bien no hubo homenaje en 1932, el concejo le hizo entrega de un libro en el que los vecinos plasmaron el cariño que sentían por el doctor Aza Díaz.
Fotografías:
·Vital Aza Díaz, en la Real Academia de Medicina, momentos antes de su ingreso como académico en 1934 (Banco de Imágenes de la Medicina Española).
·Portada del libro que le fue regalado en Mieres en 1933 y que en 2016 regresó al concejo (La Nueva España).
Comentarios