Mucho solemos criticar los mierenses a Oviedo. Entre esas críticas hay una recurrente, y es que en Oviedo gobierna Canteli en coalición con OTEA, la agrupación de hosteleros que mueve sus hilos a su antojo.
Pues en Mieres debe estar pasando algo parecido. Solo así se explica el poder que están adquiriendo los hosteleros para todo. Ya no solo es absorber mobiliario público en las terrazas; son terrazas que quedan sin desarmar de noche y son toldos que se instalan para tomar el ancho de la acera, dejando únicamente, a Dios gracias, dos baldosas para el paso de peatones. Si las personas con discapacidad lo teníamos complicado para andar por Mieres, acciones como estas nos lo dificultan aún más. ¿En serio el hostelero en cuestión se cree que es posible pasar en silla de ruedas en un ancho de dos baldosas y bordillo? ¿Sabe que aunque la silla pase al milímetro, un mínimo error implica que el usuario se caiga a una calzada muy transitada?
Es solo un ejemplo de lo mucho que mira la hostelería para sí misma y lo poco que devuelve al ciudadano, no se diga ya a quienes tenemos algún tipo de discapacidad motora o visual. Basta ya de tolerarles todo por el hecho de que pagan sus tasas y habiendo dinero se puede hacer lo que se quiera. No. Es hora de empezar a revisar y sancionar, si es necesario. Es hora de hacer que se respeten los derechos de los ciudadanos y de no dejarnos gobernar por la hostelería.
J.M.P.
(Mieres)
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