Debo reconocer que de vez en cuando me
pongo de buen humor al leer la prensa diaria. Aunque ello ocurra cada vez con
menor frecuencia, alguna que otra vez ocurre, la última, hace unos cuatro o
cinco días.
Como ya conté en otras ocasiones,
tengo la gran suerte de poder desayunar sin prisas, leyendo el periódico. Aquel
día estaba con LNE, y me llamó la atención un titular: “el Ayuntamiento de Mieres elimina las terrazas pegadas a locales
hosteleros”. Seguí leyendo la escueta nota y pude ver que sí, que aunque
sin multar, la Policía Local está vigilando que los hosteleros cumplan con una
Directiva europea que impide que se pongan terrazas al lado de la pared del
establecimiento, debiendo dejar al menos una distancia de un metro entre pared
y mesas y sillas. Y lo están haciendo sin sancionar. ¿El por qué? Porque con
ello se pretende facilitar el tránsito por las aceras de minusválidos,
invidentes… ¿Se imaginan lo que ha de ser, por ejemplo, ir en silla de ruedas y
toparte con una acera ‘ocupada’ como la de la foto?
Me alegré por ello, era un tema que ya había planteado hace más de un año y
medio. Al día siguiente de haberlo leído, estando en Internet, me entró el
gusanillo de la curiosidad y me puse a buscar y leer la citada Directiva (que
no directriz) y me encontré con la sorpresa de que ese texto legal es ¡del año
2006! Es decir, llevamos casi siete años desoyendo lo que dice la Unión Europea
sobre la ocupación del suelo público por parte de elementos hosteleros… ¡Qué
bien! ¿No?
Claro, que esa es
otra, ahora hay que pedir a los hosteleros que quiten las terrazas de la
fachada (o directamente que las quiten, porque, por ejemplo en la de la foto no
se puede dejar un metro entre fachada y sillas; no hay sitio), hosteleros que
imagino habrán pagado por ponerlas, entonces… ¿Qué hacemos? No es plan de
sancionar a alguien que cumple con las legalidades antes funcionales y paga X euros
por tener sus sillas y mesas en la vía pública…
¿Cuál es la solución
que yo le veo? Pues haber empezado a avisar en 2007 o 2008 a lo sumo, es decir,
al poco de ver la luz la Directiva, no siete años después.
No obstante confiemos
en que el “más vale tarde que nunca”,
sea aplicable aquí y que al menos los toques de atención sirvan para algo.
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cada día prohiben más cosas y más absurdas, no se donde terminará esto.