Continuamos nuestro recorrido por el
concejo, cámara en mano, para recoger hechos noticiosos no convertidos en
noticia o a los que los medios han dedicado una insuficiente atención.
Trabajos de
desescombro y aseguramiento de un talud, son los que se esperan en Cauxal, en Turón. Hace unas semanas se
producía un nuevo argayo de varias rocas, algunas de ellas de gran tamaño, a
orillas de la senda verde y a escasos metros de varias viviendas.
Y de unas obras que se esperan, a
otras que ya se han realizado, como la nueva pista hormigonada que da acceso a Repitaneo, en las proximidades de La Rebollá, y
que es también el comienzo de la GR-101, o Ruta de las Peregrinaciones. Esta
actuación forma parte del proyecto de mejora del firme de distintas carreteras
en la zona norte del concejo, que cuenta con un presupuesto de 95.333 euros.
Sobre el terreno, nos sorprendió un
detalle: la capacidad inventiva de la concejalía de Obras, plasmada en los
carteles que avisaban de que el vial estaba cortado por obras, "entre los
días 9 al 11 de siempre (sic)".
Una de dos, o se han inventado un
nuevo mes en lugar de septiembre, o no se podrá circular por ese vial si se
está a día 9, 10 u 11.Más letreros, aunque más grandes y sin
erratas, son los que el Ayuntamiento y Sepes han colocado en los accesos al
polígono industrial Vega de Baiña. Un directorio de empresas y un plano
permiten llegar mejor hasta las empresas de uno de los polígonos más
productivos del concejo, con actividad en 40 de sus 55 naves.
Llegó el otoño y, con él, las podas de
los árboles. El Consistorio adjudicaba el pasado mes de junio a la sociedad
cooperativa Cofoso los trabajos de poda del arbolado y siega de las zonas
verdes situadas en "núcleos periféricos" del concejo.
Terminamos con la versión casi final
de una obra que hemos seguido a lo largo de casi un año, la reforma
del palacio de los Cachero de Riosa, o palacio de Baxo, en Cenera. Este bien
cultural, construido en 1736, ha dejado atrás su abandono gracias a una
profunda restauración, sufragada a partes iguales por el servicio de Patrimonio
Histórico y Cultural del Principado y el propietario del inmueble.
El palacio estrena, después de diez
meses de obras, un nuevo tejado, corredores, ventanas y fachada y recupera su
acera, con maceteros que impiden aparcar sobre ella.
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