El Bustiello que ahora disfrutamos se debe, en buena medida, al trabajo realizado por la Escuela Taller de Arqueología Industrial de Bustiello, la primera escuela taller que apostó por la recuperación del patrimonio industrial en España. A sus mandos, una doctora en Historia, Carmen Benito del Pozo.
Carmen Benito del Pozo acababa de doctorarse en Historia cuando, por casualidades de la vida, en 1991 le llegó la oportunidad de convertirse en la directora de la Escuela Taller de Arqueología Industrial de Bustiello. Esta abulense contaba con 31 años y afrontó el encargo con una enorme ilusión.
La escuela taller ofrecía formación a jóvenes desempleados en materia de construcción, preservación del medio ambiente y recuperación patrimonial. Los ciclos formativos se componían, para ello, de módulos de carpintería, vidriera artística, albañilería, pintura y escayola, forja o recuperación de maquinaria industrial, entre otras áreas.
Bustiello era, antes de la llegada de la escuela taller, un poblado minero descuidado, en el que pusieron sus ojos la Consejería de Industria, Turismo y Empleo y el Instituto Nacional de Empleo. A lo largo de más de una década, el alumnado de la escuela procedió a restaurar la escuela de niños, el chalet del Opus y el sanatorio, que se convirtió precisamente en la sede de la escuela taller. También se realizaron tareas de conservación del entorno medioambiental del poblado.
"En el trienio 1991-1994 123 jóvenes obtuvieron la cualificación profesional, una vez completado su ciclo formativo en las aulas y talleres del centro", explicaba Carmen Benito del Pozo en una entrevista concedida a la revista Montepío en otoño de 1995.
El geógrafo Javier González tomó el relevo de Carmen Benito del Pozo en 1999. Los ocho años de dirección de esta doctora en Historia sentaron las bases del actual poblado minero y lograron rescatar del olvido edificios que hoy corren con distintas suertes. Mientras que la escuela de niños es un albergue, el sanatorio se cerró una vez concluyó su recorrido la escuela taller y hoy vuelve a encontrarse igual o peor que cuando fue restaurado, hace ya tres décadas.
Fotografías:
·Carmen Benito del Pozo, en su despacho en el sanatorio de Bustiello
·Alumnado en una clase de vidriera artística
(Revista Montepío, núm. 9. Octubre de 1995)
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