En sus 8,85 kilómetros cuadrados de extensión, la parroquia de Siana encierra lugares de notable valor paisajístico, en los que disfrutar de la naturaleza. Uno de ellos es el PICU SIANA.
A 610 metros de altitud sobre el nivel del mar se sitúa la cima de este monte. En contra de lo que popularmente se cree, la cima no se encuentra en el mirador del monte, sino en un montículo rocoso situado a escasos cien metros del propio mirador.
Tanto para los más habilidosos montañeros como para los aficionados, el mirador constituye un lugar de parada obligatoria si se camina por la zona. Las vistas del casco urbano son espectaculares, aunque tampoco se quedan atrás las del paisaje que se divisa, con enclaves como los cordales de La Meruxega, en el valle de Nicolasa, o El Fayéu, en La Rebollá, por citar solo dos de ellos.
La falda del mirador se completa con una serie de espacios públicos, de monte, en los que pueden encontrarse algunas cabañas y cuadras. También lo que en su día fue un merendero, cerrado en el momento de publicar este reportaje.
Ahora que nos acercamos al verano, el PICU SIANA es siempre una interesantísima opción para tomar el sol y hacer deporte al aire libre. Dista seis kilómetros del casco urbano, que pueden hacerse a pie por distintos senderos –recomendamos el que une Siana con La Forqueta y Utrera, ya que se ataja mucho– o por la carretera, reformada hace apenas dos años.
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