En la aldea de Cortina, en Figareo, se localizaba la casa de los Bernaldo de Quirós, popularmente conocida como la Casa Cortina. Construida en origen en el siglo XVI, con añadidos del siglo XIX, era una imponente casona asturiana a la que aparecía ligada, en sus orígenes, la capilla de san Clemente.
Su ubicación privilegiada, en un alto a la entrada del pueblo, hacía de esta una casa imponente, aun cuando en sus últimos años no presentase el mejor de los estados. Aun así, su sillería, sus corredores y la planta tan característica de la casa llamaban la atención de vecinos y visitantes.
En enero de 2015, hace justo una década, la casa fue reducida a escombros. Escombros que son ahora los encargados de dar la bienvenida a quienes entran en Cortina. La caída de parte de la fachada en diciembre de 2014 motivó el derribo de todo el inmueble, no sin quejas de vecinos y expertos en patrimonio, que advirtieron de la gran pérdida que suponía decir adiós a esta casona.
Diez años después, la página web del Ayuntamiento aún la recoge en su apartado de patrimonio y apunta a su “buen estado” en lo que al grado de conservación concierne. No deja de ser paradójico.
Comentarios
Deberían de enlucir de la misma manera la casa duró, que está irritantemente bien construida y no le vendría esteticamente mal a sus materiales un poco de entropía.