El 28 de enero de 1917, domingo, hacia las ocho y media de la tarde, un grupo de jóvenes tomaba algo en un bar de El Tarronal. El grupo, en el que se encontraban Jesús Fernández, Martín González, Alfredo García, Luis Muñíz, coincidió en el bar con José Álvarez. Todos ellos eran conocidos, vecinos de El Tarronal y las aldeas aledañas.
Tras pasar un rato tomando algo y conversando, Martín, Álfredo y José salieron del establecimiento rumbo a sus casas. En un momento dado, José se quedó rezagado y, sin mediar palabra, sacó un arma de fuego y disparó contra Alfredo y Martín. El primero resultó herido; el segundo, falleció en el acto. Su cuerpo sin vida apareció en la carretera la mañana siguiente.
La Guardia Civil trató de encontrar, sin éxito, a José en su casa. Rápidamente corrió el rumor de que José había corrido hacia el monte y que allí se había suicidado. Pese a que en un primer momento el rumor fue descartado, al no hallarse el cuerpo, la desaparición de José hizo que esa posibilidad cobrase fuerza. Y es que la historia se pierde en la hemeroteca sin la detención del autor del crimen.
Martín, el otro joven herido, consiguió restablecerse. Pese a que él podría haber dado más detalles de lo ocurrido, nunca llegó a conocerse el móvil del crimen. "Todos los protagonistas de este triste suceso eran jóvenes de acreditada formalidad y no se explican cómo pudo ocurrir tan lamentable hecho, puesto que no conocían rivalidades ni tirantez de relaciones entre ellos", apuntaba la prensa de la época.
El Tarronal fue, diecisiete años después, escenario de otro crimen, también con una taberna como trasfondo.
Ilustran esta entrada una fotografía de El Tarronal y un recorte de La Voz de Asturias del 1 de febrero de 1917, en el que se relata lo sucedido en esta aldea de la parroquia de La Peña.


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