Miedo debieron de sentir las personas de la imagen después de que fueran desalojados de un juzgado en el que, según una llamada realizada a un medio de comunicación, había una bomba.
Funcionarios evacuados y una inspección policial al edificio bastaron para que se descubriese que no había ningún artefacto.
Eso sí, es seguro que ninguna de las personas que allí se encontraban aquel día de junio de 1997 no olvidarán jamás el susto que se llevaron al ser desalojados.
Comentarios
Fue un desalojo tranquilo, aunque a muchos (entre los que me incluyo) nos temblaban las piernas pensando en que aquello podía explotar.
Solo quedó en una "broma" de mal gusto.