Que estamos a tiro de piedra de Oviedo es algo que todos los mierenses sabemos. Eso sí, quizás no lo estamos aprovechando tan bien como podríamos aprovecharlo.
Este chat pertenece a un grupo de un cuerpo de trabajadores del Principado de Asturias. Así empezó una conversación, hace dos meses, en la que una pareja de madrileños pedía a sus compañeros que les aconsejasen dónde poder vivir, a buenos precios, en Oviedo o alrededores, y con buenas comunicaciones en transporte público, ya que ninguno de los dos tenía carnet de conducir. Se iban a incorporar unas semanas más tarde y estaban un poco perdidos, geográficamente hablando.
Uno de los miembros del grupo les recomendó Mieres. También les sugirió Ujo. “Buenas comunicaciones en Renfe, bus y muchos pisos de alquiler a precios bastante baratos”, afirmaba este miembro.
Tanto Mieres como Ujo tienen excelentes comunicaciones con la capital. En poco menos de media hora en tren en ambos casos, con servicios desde las siete de la madrugada hasta las once de la noche. En autobús, depende de dónde se coja en Mieres y se baje uno en Oviedo, puede ir desde quince minutos hasta media hora. Súmense diez más si se va y viene a Ujo. También con servicios desde primerísimas horas y hasta bien entrada la noche, y búhos los fines de semana en el caso de Mieres.
Cabe decir que yo no estoy en ese grupo y que los mensajes que se intercambiaron me los enseñó una amiga a la que también le pedí una captura, porque sabía que el tema podía darme juego. Esto sería en noviembre y ahí se quedó un poco aparcado como tema de un posible artículo.
Casualidades de la vida, hace unas semanas, en el bloque de mis suegros, en Santa Marina, conocí a dos nuevos vecinos, una pareja, también madrileña, que alquiló en Mieres por el traslado de ella a Oviedo, en su caso a una empresa privada, y parece ser que para un año. “La empresa no nos pone piso y no están las cosas para gastar 700 en uno medianamente curioso en Oviedo”, me comentaba ella. “Encontramos este aquí por 400. Es antiguo, pero es amplio y está bien amueblado”, apuntaba de una de las emblemáticas colominas del barrio. En su caso ella no conduce, pero su pareja sí. “El coche duerme en los aparcamientos del barrio, sin pagar nada, da gusto. Y yo tiro de autobús y en veinte minutos estoy en Oviedo y en veinticinco a la puerta del trabajo”, señalaba esta mujer. Su pareja es autónomo, dedicado al diseño gráfico, y sigue atendiendo a sus clientes de Madrid desde Mieres. “La tranquilidad que se respira aquí es maravillosa. Estamos muy contentos, la verdad”, celebraba ella.
Pienso que tanto si se quiere ganar población como si solo interesa traer gente por un tiempo concreto, deberíamos empezar a vendernos como lo que somos, un concejo en el que no faltan los servicios, en el que los alquileres están más baratos en comparación a otras ciudades, y que está a nada de Oviedo en transporte público, con más de sesenta frecuencias diarias sumando trenes y autobuses. Tampoco estamos lejos de Gijón, a media hora en autobús, pero las frecuencias ahí ya son otro cantar.
ÁLVAREZ
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