Corría enero de 2022 cuando, después de unos meses de obras, el chalet del notario Vigil quedaba impecable, reluciente. Tras años de abandono, esta impresionante casona, diseñada por el arquitecto Teodoro Anasagasti, volvía a lucir en su máximo esplendor. Su compra, allá por el 2008 o 2009, fue duramente criticada. No eran tiempos para andar adquiriendo inmuebles, por mucho que se pensase que el museo de la tonada iba a ser un éxito, que tampoco lo fue. Su restauración fue unánimemente aplaudida. Ya que lo teníamos, era hora de devolverlo a la vida.
Dos años después, el chalet del notario Vigil me preocupa. Bueno, me preocupa su estado, la imagen que da, que hace pensar, irremediablemente, en cómo estaba antes de la reforma. En estos veinticuatro meses no han faltado propuestas e ideas para dotarlo de un uso que no acaba de llegar. Mientras tanto, el tiempo pasa y el chalet ya tiene alguna que otra ventana rota y la maleza empieza a trepar, de nuevo, por sus muros. Una auténtica pena.
Ahora que estaba mejor que nunca, con un aparcamiento extensísimo a sus espaldas, conectado con Numa Guilhou y con el propio estacionamiento, el chalet comienza a sugerir abandono. Otra vez.
Acabamos de empezar el año y uno de mis deseos para 2024 es que esta magnífica construcción encuentre un uso. A poder ser, público. Si no, privado. Algo tiene que llegar para frenar ese deterioro que acusa y que amenaza su integridad. Sé que soy quizás demasiado optimista, pero aún estamos a tiempo de buscarle algo. El Gobierno local que lo restauró es el mismo que parece haberse olvidado de él. Ojalá en un tiempo nos den alguna buena noticia al respecto.
No quiero acabar sin acordarme de otro chalet, el de Figaredo, que cumple este 2024 trece años sin actividad y en el que el deterioro es aún más evidente. No entiendo que sepamos que si una casa se queda vacía muy probablemente sufra daños por el paso de tiempo y las propias condiciones meteorológicas. No acabo de entender que algo tan básico no lo sepamos aplicar a estas joyas de nuestro patrimonio. Debería ser prioritario.
Álvarez
Comentarios
Parece que atraer población no es una prioridad pero tirar perres en caserones si. Tranquilos les parejes jovenes ya se van a La Corredoria o a Roces aqui mientras Mieres pa morrer.
Mieres es maravilloso, deberían demoler requejo y construir un Mercadona para que compren cremita las esposas consortes de los paguiteros
Además, justo detrás de esa casa hay una parcela muy grande que en teoría iba destinada para hacer pisos. Mejor tirar primero de ese suelo a plantearse el derribar casas no?
Si ni siquiera entendeis la utilidad y el concepto de estas viviendas que por cierto son comunes en casi todos los paises avanzados de la UE no se porque decis barbaridades como que "los jovenes compren viviendas de jovenes".
Si seguro que esos bloques de viviendas para jóvenes crean trabajo mágicamente que haga que los jóvenes además de vivir en sus viviendas para jóvenes puedan trabajar en sus trabajos para jóvenes sirviendo hamburguesas en el MacDonalds a los nietos de los pensionistas
De todos modos, me reafirmo en el segundo párrafo de mi anterior comentario. Justo detrás de estos chalets hay una parcela bien grande destinada a construir pisos, y que justo hoy salen en LNE que el Ayuntamiento está solicitando al Principado que desbloquee ese terreno de una vez, tras 20 años parado (respuesta a esto que dice otro anónimo "No hubiera sido mejor que se hubieran demolio y echo un bloque de viviendas para jóvenes?"). Casa sobre la que trata el artículo.
Y sí, tienes razón. Se tira el dinero en reparaciones, pero para mí el problema está más en que luego no se sabe dar contenido útil a todos esos edificios que se reparan.