UN LUGAR PARA VIVIR: Sobrobio Cimiru

La parroquia de Cuna es una de las dos parroquias que forman el valle homónimo. Con 425 habitantes, esta parroquia encierra lugares como el que nos ocupa en esta edición: SOBROBIO CIMIRU.

Este reportaje surgió hace más o menos dos años, cuando recibimos un correo de un lector que nos recordaba que, tras visitar en 2011 Sobrobio Fonderu, teníamos una especie de cuenta pendiente con el Cimeru. 
 
A 525 metros de altitud nos encontramos con esta aldea, que dista unos ocho kilómetros de Mieres. Pese a que el Fonderu y el Cimeru cuentan con entidad administrativa propia, el censo de 2019 no respeta esa autonomía administrativa y sitúa en 15 las personas que viven en Sobrobio. 
 
Dos viviendas, dos cuadras y un hórreo componen este lugar, todos ellos restaurados y en buen estado, aunque el hórreo, que tiene corredor, se halla tapiado en su parte baja. En todas las construcciones se pueden leer, en inscripciones realizadas en láminas de madera, recuerdos de su pasado, recuerdos que van desde los nombres populares que recibían, como "El fornu" o "La corte de Lin", a nombres propios, como el del antiguo propietario, Gervasio Fernández Valdés.
El sol y las vistas de la otra ladera del valle, en la que se enclavan La Pedrosa, Llandeloso o La Sesma, son otros de los atractivos de este lugar, al que se llega, por carretera, desde Insierto, pueblo del que dista un kilómetro y medio, aproximadamente.

Son muchas las posibilidades que ofrece esta zona en lo que a posibles rutas se refiere. Una de ellas, sin mucha dificultad, consistiría en subir a Sobrobio y, desde allí pasar a La Caseta, donde un camino en buen estado y prácticamente en llano permite llegar a La Tazá. Si se quiere, desde Sobrobio también cabe pasar a la parroquia de Gallegos y ascender hasta La Pandiella para ir hasta el propio Gallegos. Para los más aventureros, esta última opción podría llevarles hasta la falda del monte Llosorio.
En cualquier caso, el paisaje y las vistas están garantizadas.

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