UN LUGAR PARA VIVIR: Frechura

En la parroquia de Lloreo, muy próximo al límite entre los concejos de Mieres y Morcín, se localiza FRECHURA, un paraje al que dedicamos esta nueva entrega de Un lugar para vivir.

La senda verde de Lloreo desemboca, una vez pasado el último de sus túneles, en el valle de FRECHURA, un valle que toma su nombre del monte homónimo, una masa caliza atravesada al fondo del valle por la N-630 y sus túneles.
Una fuente y varias mesas tipo merenderos permiten descansar y contemplar este paraje, una de las mecas del concejo para quienes practican escalada, y para los amantes de la naturaleza, pues en él puede verse la castañarona de FRECHURA, un castañero de grandes dimensiones en mitad del valle. Curiosamente, muy cerca de allí y en el mismo valle, se localiza una vaguada llamada La Cerezalona, un topónimo que ya en 2001 llamó la atención de Lucio Sierro, que señaló en su estudio de la toponimia de la parroquia, Conceyu Mieres: Parroquia de Lloreo (nº89 de la serie editada por la Academia de la Llingua Asturiana),  que "nun recuerden que se conociere cerezal nenguna".

Desde el valle de FRECHURA podría pasarse a Morcín si la senda lo permitiese, mas el tapiado del último túnel, debido a la cantera situada en la parte posterior del monte, hace inviable esa opción. Se puede disfrutar, no obstante, de la parte mierense del valle, en la que se enmarca La Vega San Pedro, el último pueblo del concejo antes de pasar a territorio morciniego.
Esa senda verde a la que nos hemos referido en varias ocasiones es, sin duda alguna, la mejor de las rutas para conocer este lugar. Con algo menos de cuatro kilómetros desde La Perea, esta senda, creada sobre la antigua vía del ferrocarril minero entre y Mieres y Morcín, e inaugurada en 1995, permite moverse por escenarios repletos de naturaleza y vestigios del pasado industrial del concejo.

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