UN LUGAR PARA VIVIR: La escombrera de Minas de Figaredo


Es ya una tradición que, comenzado el verano, dediquemos un reportaje a un lugar que invite al ocio, a caminar disfrutando del sol y el paisaje. Si el año pasado lo hicimos con el picu Siana, este cambiamos monte por paraje industrial y les llevamos hasta la vieja escombrera de Minas de Figaredo.
Recuperada en los últimos años, la antigua escombrera de Minas de Figaredo se encuentra hoy parcialmente abierta al público. Su comienzo se sitúa en Sarabia, una aldea de la parroquia de Figareo a la que se llega desde Peñule, por una carretera asfaltada en los últimos años. Es allí, en Sarabia, donde da inicio lo que un día fue una voluptuosa escombrera, hoy un campo de pistas, árboles y vestigios de su pasado industrial.
El más imponente, la sala de máquinas del plano inclinado de Minas de Figaredo, en cuyo entorno se descubrió hace nueve años un castro posiblemente romano.
El verde del monte recuperado y los árboles plantados para contener el terreno acompañan en un paseo no exento de una prolongada subida, con un desnivel que va de los trescientros metros de altitud de Sarabia a los más de seiscientos a los que se sitúa la antigua sala de máquinas.

El sol y las vistas de Figareo y las aldeas más próximas son otro aliciente para perderse por la escombrera, desde la que se puede bajar a La Riquela, o, a través del monte, continuar hasta Grameo y la parroquia de Santa Cruz. Más allá del desnivel, caminar por lo que en su día fue un enorme depósito de estériles no ofrece ninguna dificultad.

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